Encuestas realizadas aseguran que entre el 75 y el 80 % de las mujeres eligen erróneamente el talle del corpiño. Y aunque este dato parezca exagerado, los cambios hormonales, la maternidad y la pérdida o aumento de peso, hacen que en algún momento de nuestras vidas tengamos que modificar el talle de nuestra ropa interior. Y es a este punto al que queríamos llegar, porque conocernos y amigarnos con nuestra figura, no solo evitará molestias indeseadas a la hora de usar un corpiño sino que también contribuirá a que las prendas luzcan mejor.

Por eso, a la hora de renovar tu ropa interior tené en cuenta los siguientes tips:

Respecto a la taza: El corpiño tiene como función sujetar, acentuar o corregir el busto de forma natural. Tiene que envolver toda la mama, debe sostener todo el seno, sin abultamientos ni espacios a los lados o en la parte superior o inferior. Prueba doblar tu espalda hacia adelante, tienes que ver que el pecho queda dentro de la copa.

Respecto al contorno: Para comprobar que el contorno se ajusta adecuadamente, debe mantenerse nivelada alrededor de la caja torácica (el frente y la espalda del corpiño deben estar alineados horizontalmente: si el corpiño “se sube” en la espalda, es demasiado grande para el tamaño del busto). Para comprobar que es así, separa el contorno de tu torso tirando de ella con los dedos y observa el espacio que deja: no debería ser mayor de 5 centímetros.

El elástico, los aros y los breteles no deben lastimar la piel: si los sentimos demasiado ajustados, lo más probable es que necesitemos un talle más.

El elástico inferior y las tasas, deben sostener el peso del busto: los breteles no deben sostener el peso. La banda posterior del corpiño proporciona el 90% del sostén.

El corpiño que elijas debe ser cómodo y adecuarse a la indumentaria que utilizamos a diario.

Y feliz compra!!